El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) anunció que llevará a cabo una emisión de bonos soberanos en 2025 con el objetivo de financiar el déficit fiscal, el cual está proyectado en un 2% del Producto Bruto Interno (PBI). Esta decisión, según el titular del MEF, José Arista, responde a la necesidad de asegurar recursos suficientes para cubrir los compromisos presupuestales del país.
Un país activo en el mercado internacional
El ministro destacó que Perú mantiene una participación activa en el mercado internacional de bonos soberanos. Durante el 2024, el país realizó dos emisiones de bonos, una de las cuales fue calificada como exitosa por organismos internacionales. Estas operaciones han consolidado la reputación de Perú como un actor confiable en los mercados financieros globales.
La emisión de bonos no solo permite al país financiar proyectos y cumplir con sus obligaciones fiscales, sino que también refuerza la confianza de los inversionistas en la estabilidad macroeconómica de Perú. Según Arista, «es evidente que debemos salir al mercado para colocar bonos y garantizar que las nuevas administraciones encuentren mayor flexibilidad fiscal».
Reperfilamiento de la deuda pública
En el 2024, una de las estrategias destacadas por el MEF fue el reperfilamiento de la deuda pública. Esta medida implicó la emisión de un bono con vencimiento en 2039, lo que permitió extender los plazos de pago de deudas previas que vencían entre 2025 y 2031. La finalidad principal de este reperfilamiento fue brindar una mayor holgura fiscal a las futuras administraciones, particularmente a partir del 2026.
«Posiblemente continuemos con algo de ese trabajo el próximo año», afirmó el ministro, refiriéndose a nuevas emisiones que podrían replicar esta estrategia. Los recursos obtenidos mediante estos bonos estarían destinados a la ejecución de importantes obras de infraestructura, clave para el desarrollo económico del país.
La importancia de los bonos soberanos
Los bonos soberanos son instrumentos financieros que emiten los gobiernos para captar recursos adicionales que no pueden obtener exclusivamente a través de impuestos. En esencia, representan una promesa de pago a los inversionistas, quienes recibirán el capital más los intereses en una fecha específica de vencimiento.
De acuerdo con el Banco Central de Reserva (BCR), al cierre del tercer trimestre de 2024, la deuda bruta total del sector público peruano alcanzó los 345,278 millones de soles, compuesta por endeudamiento interno (178,069 millones) y externo (167,209 millones). Este monto representa un 33.1% del PBI, consolidando a Perú como uno de los países con menor nivel de deuda en Latinoamérica.
Atractivo para la inversión privada
Además de las emisiones de bonos, el Perú continúa posicionándose como un destino atractivo para la inversión privada, especialmente en proyectos de infraestructura. Según el ministro Arista, grandes obras como el puerto de Chancay, el nuevo Aeropuerto Internacional Jorge Chávez y el puerto del Callao refuerzan el interés de las empresas en invertir en el país.
«Nuestro país es el mayor imán para la inversión privada en Latinoamérica», sostuvo Arista. Este atractivo se fundamenta en una estabilidad macroeconómica que incluye 84,000 millones de dólares en reservas internacionales, una tasa de inflación de 2.4% y un bajo nivel de endeudamiento público.
Perspectivas para el 2025
De cara al próximo año, el MEF buscará equilibrar las necesidades de financiamiento con la sostenibilidad fiscal a largo plazo. La emisión de bonos soberanos será un componente clave de esta estrategia, en un contexto donde las condiciones económicas de Perú siguen siendo favorables para captar recursos en los mercados internacionales.
El enfoque en el desarrollo de infraestructura y en la atracción de inversión privada se alinea con los objetivos de crecimiento económico del país. Estas iniciativas no solo fortalecerán la competitividad de Perú, sino que también generarán empleo y mejorarán la calidad de vida de los ciudadanos.
En resumen, la emisión de bonos soberanos en 2025 es un paso necesario para afrontar el déficit fiscal y, al mismo tiempo, continuar posicionando a Perú como un actor destacado en el mercado financiero internacional. Con una sólida base macroeconómica y proyectos de infraestructura de gran envergadura, el país avanza hacia un futuro económico más prometedor.