Las entidades financieras ofrecen alternativas al público para que puedan mejorar su historial crediticio.
La pandemia ha traído serias consecuencias financieras a millones de personas en todo el mundo, lo que ha provocado que muchas familias se encuentren en dificultades para afrontar los pagos y mantener una buena estabilidad financiera. Como resultado, muchas personas se han visto en la necesidad de reprogramar o refinanciar sus deudas para no caer en moras con sus créditos.
Según la Asociación de Bancos (Asbanc), a fines de agosto y en el marco de la emergencia sanitaria por el COVID-19, se han reprogramado más de ocho millones de créditos por un monto de más de 124 mil millones de soles, siendo un 32% del portafolio de productos del sistema financiero. La mayoría de casos son de la pequeña empresa, por consumo y microempresa.
“Las personas han hecho uso irregular de las tarjetas de crédito o del dispositivo de efectivo y han optado por pedir préstamos sin tener en cuenta el valor de la tasa. El público empezó a hacer compras sin medirse y esto ha llevado al sobrendeudamiento de muchos clientes”, comenta Fernando Sorloza, jefe de consumo de Caja Prymera.
Reprogramación vs. refinanciación
Ante esta situación, el público tiene dos opciones: reprogramar o refinanciar. Sorloza explica que cuando los clientes carecen de liquidez y no pueden cumplir con sus obligaciones financieras, la primera opción debería ser la reprogramación que, según la entidad, puede ser de hasta doce meses.
“En este caso el cliente deja de pagar, por ejemplo, por cuatro meses. En el cuarto mes, la persona pagará su cuota regular más el interés de esos meses que no ha pagado prorrateados en todas las cuotas que quedan. Esto sería lo ideal hasta que el cliente se pueda ordenar”, comenta el representante de Caja Prymera.
Por su parte, la refinanciación tendría que ser la última opción que uno debería elegir. Esta alternativa ofrece una ampliación del plazo, reduciendo el valor de la cuota y en algunos casos, según la entidad bancaria, se puede dar un periodo de gracia. “Lo malo es que al optar por la refinanciación, automáticamente se pasa a una calificación deficiente, lo que no le permitirá a la persona acceder a otro producto en el sistema financiero”, comenta Sorloza.
Como la mayoría de clientes hace uso de las tarjetas de crédito, el especialista brinda algunas recomendaciones que se deben considerar para un uso responsable:
- Debe usarse para comprar, pero sin sobregirarla.
- Aprovechar las ofertas o promociones de pagos cuando son en cuotas sin intereses.
- No realice pagos mínimos.
- Tener una o dos tarjetas como máximo.
- Para efectivo utilice las tarjetas de débito y no las de crédito.